lunes, 26 de mayo de 2008

La felicidad dura suspiros















Siempre suele confundirse que la felicidad en un estado permanente en nuestra vida.

Vivimos con la idea equívoca que ser feliz es: cumplir metas, tener el dinero suficiente, estar a la moda tanto en tecnología como en tu forma de vestir, tener el amor perfecto, estar sexualmente satisfechos y realizados, no tener deudas, no preocuparte del precio de los menús de los restaurantes, tener una exitosa carrera, un muy buen remunerado trabajo, ser populares, tener un cuerpo y un rostro envidiables, una perfecta salud y poder materializar tus mas ambiciosos pensamientos y fantasías.

Pero a la larga y siendo honesto a la verdad , la felicidad es un momento temporal y reciclable que llega a nuestras vidas, dura un suspiro y luego se va, se mantiene en visitas cíclicas, por temporadas que suelen tardar tiempos considerables.

Cuando nos llega a veces, se nos olvida tanto disfrutarla porque pensamos que será eterna y cuando se va, nos abate la tristeza y caemos en profundos estados melancólicos, porque nos malacostumbramos a ella sin saber que, es como el cambio climático que ya tiene ciertos meses planificados para tormentas y otros para días soleados.

¿O acaso no hay vivencias que se disfrutan más que otras? Siempre se quedan en la memoria los gloriosos días de una plenitud completa, siempre hay experiencias que nos alegran la existencia mas que otras cuando se recuerdan. ¿Porqué será? Pues por que en esos momentos fuimos felices , algo bueno vivimos que se quedo grabado en nuestra vida y cuando la nostalgia nos hace pasar malos ratos, instantáneamente se hace remembranza de ellos y sonríe el alma, se llena, se alegra, se permite identificar que la felicidad nos toco la puerta y le rendimos tributo trayéndola a nuestro presente en forma de recuerdos.

Lamentablemente la felicidad no estaciona indefinidamente, llega y nos regala paz, alegrías, nos libera de una prisión de sufrimientos y se aleja, prometiendo que en un futuro lejano y en base al control que le dimos a nuestra vida volverá para compensarnos cuando nos haga falta volver a sentir sus caricias.

Yo particularmente espero que la mayor parte de las personas pueda tener siempre estos estados de júbilo, de liberación de penas, para aprender el valor de ser feliz, porque a veces es difícil el proceso de aprender a vivir y sobrellevar momentos duros o injustos que parecen ahogarnos, que intentan derrumbarnos, pero la sabiduría de la vida siempre balancea las cosas y nos regala estas alegrías para seguir teniendo fé, para decirnos que todo panorama por muy gris que se pinte en nuestro presente no será eterno.

Un abrazo SPS 26-05-2008