jueves, 4 de diciembre de 2008

Insomnia en Diciembre

Es complejo dormir a veces, cuando los pensamientos se reproducen inclementes, perturbando la razón y evadiendo los bostezos que despiertan de la nada.
Noche breve que a veces no seduce, no enamora, no transporta al sueño furtivo que relaje en cortas horas, la tensión de un día vivido.
Insomnia de ideas, tortura dormida, interrupción clandestina que entabla una apuesta que nunca termina.
Me alerta un murmullo, me levanto a hurtadillas percibiendo que el viento parece hablarme un idioma que entiendo, hago a un lado la cortina que baila a su ritmo y en la oscuridad parcial con que viste la noche, dejo volar el momento, me encuentro.
Un canto lastimero de una pareja de gatos, presumo pasandola mucho mejor que yo, en su vivida entrega erótica de maullidos, provoca en mi un súbito espasmo, se alejan y regreso al momento.
Hace mucho no me permitía observar y sentir, el ruido callado de la noche, una sombra de mi se dibuja y al levantar los ojos, me entero que el cielo no duerme a solas, un infinito séquito de estrellas le acarician y acompañan despertando un celo que se va dormido.

De repente, una sinfónica de grillos, propone una melodía sin variación de acordes, pero en el fondo sentida, es el sonido, como un antídoto mudo para esta guerra entre el sueño y el día.
Pienso en aquello, en esto y en lo otro, mis reflexiones se enredan y provocan silencios.
Otra leve brisa corre en mi rostro, me desligo del momento lúcido que recién he vivido y me adentro en el sueño, camino rumbo a mi cama que espera cual mujer dispuesta, voy sintiendo el peso que cansa, me siento en ella y construyo en plegarias un camino hacia el cielo, que me alivie de males e interceda por mi y si fuera posible, perdone el defecto de no ser perfecto.
Estoy ya sucumbiendo ante el sueño,hasta luego, si despierto...

Un abrazo