miércoles, 17 de febrero de 2010

Cumpliendo metas


Desperté hoy con una afección de pereza aguda que se va disipando, el clima sigue bastante ameno, el calor esta de vacaciones, espero relajadas como las que recién culminé.
Mientras caminaba por la ciudad, recién bajado de mi folclórico servicio público de taxi colectivo, una serie de pensamientos me venían compartiendo el aire que respiraba.
Esta semana ha sido algo llena de pensamientos nostálgicos, una resurrección de preguntas, de planes, de esperanzas, de nuevos comienzos.
Me dí por enterado que a diferencia de otros años, este por primera vez, me esta permitiendo cumplir las promesas que me hice aquella noche de 31 de Diciembre, cuando presos de la emoción y la sensibilidad del momento, hacemos planes para materializar en un 2010 que ya forzaba la puerta para entrar en nuestras vidas.
Por otro lado he notado que solemos proponernos metas pero somos unos acomodados, si decimos por ejemplo que ahorraremos 500 pesos quincenales, ya cuando llega el momento cambiamos la versión y terminamos cambiando la película y dejan de ser 500 se vuelven 200 y así con las demás planificaciones.
No hablo de la mayoría, pero nos cuesta cumplir con nosotros mismos, nuestras promesas absolutas de inicio, se van volviendo como pequeños slice de pizza en lugar de la pizza completa.

Lo cómico de todo esto es que nos va a visitar ese momento de reflexión donde nos vamos a autocriticar, nos daremos una regañada pasajera y admitiremos que no estamos cumpliendo con nuestras premisas y nos deprimiremos diciéndonos que estamos reincidiendo, cuando la diferencia tan solo es la fuerza de voluntad y el sacrificio que a muchos definitivamente no se nos hace placentero, sin embargo es la unica forma de alcanzar los sueños, de mejorar.
ago un alto en la meditación porque me quedo en la encrucijada de tomar el siguiente taxi o desviarme a un café expresso para comprarme cafeína en botecito de marca con sabor de percoladora, espumoso placer mañanero.
Cambié el rumbo y compré mi café, en el aparador un pedazo de pastel de chocolate me hizo ojos de tentación y me sedujo, casi se rompe la coqueteria cuando vi el precio, sin embargo, hoy quize darme un gusto sin ponerme a contar el disponible de mi cartera.

Ya con café en mano, me dispuse tomar el transporte y llegar a la oficina, ya me acostumbre a andar sin carro otra vez, despues de haberlo perdido pensé que no me adaptaría, sin embargo, tengo que admitir que descartando la libertad y seguridad que me daba, caminar y ver gente me llena mas la mañana que venir manejando cantando la canción que de pronto aparecia en la radio de moda que escuchaba.
Y bien, concluyendo con mis pensamientos, el único camino para lograr los propósitos, los cambios, etc, es enfocarnos, sacrificarnos por lo que queremos, aun con lo duro que se vuelva el recorrido, hoy no vemos el beneficio, el mañana, cuando se vea culminado, celebrará con nosotros y será un carnaval eterno.
No basta con querer algo, no basta con ser una colección de "me gustaría".
Planificar y darle cuerpo y acción a nuestras metas, enfrentarnos al mundo del reto hasta vernos favorecidos con la victoria de haberlo materizalizado.
Total lo que fácil se consigue, poco se valora, así que hay que dar un fuerte respiro que nos energize los deseos y aspiraciones y arrancar a conseguir lo que se quiere.

Voy aterrizando en la oficina, el cielo sigue gris,mis ojos reclaman descanso, pero la cafeína les esta haciendo un masaje de motivación para que terminen de quedarse despiertos.
Un nuevo dia, a darle, a comernos el mundo antes de que el mundo nos quiera comer, hoy es una nueva oportunidad de cambiar algo, no la dejemos escapar.

Ya en la oficina, mientras vuelvo....


Un abrazo