martes, 14 de julio de 2009

Me volvi una estadistica mas


Me cuesta escribir con pasividad, aun mis manos están temblando, aun me mantengo en el estado de shock que una vivencia violenta dejo latente en mi.
Hace apenas unas horas, regresaba de mi trabajo como todos los dias, cansado, con la urgencia de ver a mi hijo que el día de hoy, me había tocado llevar al médico sufriendo un fuerte dolor de cabeza y que al final, el Galeno le había diagnosticado,una especie de bienvenida al mundo de la migraña adolecente.
Viajaba en un taxi colectivo de esos que hay en el país en tantas zonas y lugares, con la incomodidad de un espacio reducido, contando el momento para llegar a casa.
Todo parecía correcto, el cielo nada mas dejaba ver unas nubes grises como una premonición a lluvia, aceleré el paso, de pronto una llamada inoportuna sonó en mi celular, me presté a contestar, mientras caminaba, la amenaza de un perro me hizo hacer un breve desvío, no era como los otros días, siempre suelen estar jugando fútbol en la calle y se ven numerosas caras de niños, jóvenes y viejos celebrando cuando sus gritos me anuncian que han anotado un gol.

Un vacío inoportuno de ruidos fue llenando cada paso que daba, de pronto ya casi a unos 5 metros para llegar a mi casa, dos muchachos que podían haber tenido la edad de mi hijo mayor de 16 se dirigieron a mi con mirada desafiante, fue un segundo el que duro entre verle sacar una pistola y cargarla lista a dispararla junto a mi cabeza, no supe que hacer, una acelerada corriente de sangre me recorrió todo, pensé en mis hijos, pensé que si esa bala abandonaba su residencia metálica, el desenlace sería mas que triste para los seres que amo.
Solo recuerdo entregar mi celular, mi cartera con lo que sobrevivia aun del sueldo de la quincena, mi maletín lleno de pertenencias varias y mi vergüenza estática incapaz de hacer nada ante ese asalto inoportuno, ante las miradas de dos vecinos que disfrutaban al parecer del suceso como si fuera un evento Pay Per View mientras mi respiración no daba con el aire necesario para superar el miedo que sentí , un miedo real a morir, no tanto por lo agónico y doloroso que pudiera ser, sino por la idea de dejar a mis hijos solos en un destino lleno de incertidumbre.
Solo me agache a recoger una radiografía que había tomando de mi hijo cuando lo lleve al médico en la mañana y retomé el camino a mi casa, parecía zombie, no podía creer lo que recién me había pasado, recuero que mi hermana Kayra me recibió tratando de comentarme algo pero solo pude balbucear que me acababan de asaltar.

Y es así que me da rabia, una profunda depresión, mientras en este país le dan mas importancia a si somos capitalistas o socialistas, nadie se preocupa por las cosas que necesita este pueblo, !!Seguridad!! Vivimos a merced de las garras de la violencia todos los días, cuantos igual que yo han sido privados de alguna pertenencia,por otra persona que de la nada se la apropia con la valentía que le da el portar una cobarde pistola con la puede cegarle la vida a quien se oponga a los pedidos de sus voces autoritarias y amenazantes.
Cuantas vidas inocentes se han sepultado en esta tierra por un maldito celular, sea en carro, caminando , en bus, en donde sea.
Lo mas irónico de este desgraciado suceso es que me asaltaron a una miserable cuadra de mi casa, donde existe para hacerlo mas divertido, una posta policial con patrullas, motos y los policías parecían estarse comiendo la semita con café de la tarde mientras miles de Marios eran asaltados a breves metros de allí.
Solo puedo darle gracias a Dios por seguir con vida, por tener la suerte de poderme ver en los ojos de mis hijos y seguir sintiendo la alegría de sus sonrisas, sin embargo otros no corren con la misma suerte.
En memoria de todos los hondureños que pierden la vida por falta de seguridad real, por la ineptitud de un Gobierno que no le da prioridad a este apartado, que tiene el descaro y osadía de afirmar que todo esta bien, que semejante utopía.
Escribo en nombre de todos aquellos que en mas de una vez han sentido ese efecto, el temible efecto del miedo a perder la vida frente a un delincuente por las razones que están sean.
Para ellos este blog que dejo como evidencia, yo estoy bien, algo dolorido de la cabeza pero cuerdo y sensato para hacer un clamor al viento, porque aquí solo reaccionan cuando matan al hijo de un presidente o a hijo de un millonario, pero la gente sencilla, la que trabaja duro para vivir sin dependencias monetarias que se hereden, esa tiene que encomendarse a Dios y seguir adelante.

Ojala algún político algun día vuelva sus ojos realmente a las cosas que este pueblo tan lastimado merece.
Mientras, no queda mas que creer que eso pasará, seguiré soñando.


Y como te prometí mi querido amigo Lupe y afirmado la sabiduría de la frase, termino aceptando que a veces: Shit Happens!!!

Sigo vivo dejando cosas que contar....


Un abrazo