miércoles, 27 de octubre de 2010

Salvando el amor....¿Cuestiòn de Actitud?


Sentí el deseo de buscar una hoja de papel y escribir sin tener mi teclado enfrente, para dejar sentir este impulso de crear un nuevo post. Sigo culpando a Twitter de mi distanciamiento, admito estar adicto a esos microblogs inesperados que se apropian de mis emociones en 140 y màs.
La tarde se viste de un sabor caliente, sudores y silencios, aprovecho este rincón de la casa donde el aire fluye sin problemas, permitiendo dejar escapar un par de respiros profundos y un grupo de nuevas ideas que se acumulan y buscan nacer escritas.
Pensaba, en esos complicados conflictos de pareja....que difícil es a veces intentar hacer las paces con alguien con quien hemos tenido diferencias, que complicado es cuando estamos resueltos a dialogar y mejorar la comunicaciòn, pero la otra parte parece ajena a entender que en los conflictos de dos, se requiere el interés conjunto para llegar a un acuerdo o por lo menos, salvar el conflicto que generó el distanciamiento.

Nos visita gratis la impotencia y las ganas de mandarlo todo al carajo cuando actitudes como esta se hacen presentes en el momento, seguimos notando que, a pesar de estar haciendo cambios notorios y tangibles para nosotros mismos y los demàs, lamentablemente en la otra parte, no parece existir la misma intenciòn, todo se mantiene sin evoluciòn, sin mejoras,sentimos que es una lucha en solitario, sentimos que "En palabras", todo mundo quiere y dice cambiar, pero algunas personas, parecen no reconocer que cuando se trata de errores de dos, son ambas partes las que deben intentar mejorar los conflictos, no dejarlo todo inclinado a un solo peso de la balanza de la relaciòn.

Inevitable y comprensible es llegar a entender que cuando se hacen todos los intentos y todas las luchas para rescatar una relaciòn, un amor y el peso recae solo sobre una de las partes, desistir llegará a ser destino implacable.
Salvar el amor es un deseo que debe vivir en los dos, pues, si solo una parte se esmera en intentarlo y la otra es una simple receptora y no toma su papel, su compromiso con la relación, pues es tiempo de cerrar la historia y emigrar.
Nada mas complicado que nuestros sentimientos cuando surgen conflictos de pareja, no se trata de estar señalando siempre los errores de cada quien, se trata de hacer una depuración de lo malo y comprometerse con cambios de actitud que ayuden a mantener y mejorar el amor que una vez fue el testigo de cariños y expresiones de amor inolvidables.
Algo muy claro que he aprendido en mis experiencias, es que sólo se lucha cuando se ama, desistir es fácil cuando no hay amor que merezca ser salvado.

Escucho ladrar unos perros a lo lejos, seguro festejan la llegada de su amo a casa, o talvez repelen al intruso que se asoma repentinamente a alguna casa cercana.
La voz tierna de mi hija menor me llama a compartir una siesta con ella.....
Se me quedó un pensamiento despierto: Cuando hay diferencias que nos distancian del amor de nuestra pareja, hay que luchar por resolver lo que motivó el conflicto, dejar que el amor que les juntò siga siendo el medio y la excusa por medio de la cual se salven los afectos y se perdonen resentimientos.

Mientras medito, debo partir, mi hijita espera y no voy a hacerla esperar....

Un abrazo

viernes, 8 de octubre de 2010

Un mal sueño...

Era de madrugada y despertó súbitamente, sin entenderlo, una angustia profunda le robaba la
calma, en su rostro una lluvia húmeda de dolor dejo evidencia que un sueño había provocado el
lamento.
Soñó que la perdía, que su amor intenso e incondicional se desvanecía, se vió solo a merced del
mundo y sus demonios, dejó de sentir su abrazo, sus besos dulces que sabían motivar
sus noches, sus pensamientos de amores, su piel caliente sobre su cuerpo en madrugadas de frío.
La miró y no sintió el rayo de luz que siempre tenía, con el que bendecía de alegría
cada amanecer, al contrario, una mirada fría que cortaba emociones se dejo sentir, parecía no tener fin el dolor que la sorpresa dejaba en su corazón atribulado.

La llamó de muchas formas distintas, esas palabras nuevas y particulares con las que
etiquetamos a nuestros amores para hacerlos exclusivos de nuestros afectos,
ella, no pareció reaccionar, se llenaba de silencio el espacio que ambos ocupaban,
se le acababa el tiempo.
Preso de una desesperación lastimera, su mente procesó mil combinaciones juntas, buscando la
salida, algo que la trajera de nuevo al mundo en que vivía, donde él era el eterno dueño de sus
pasiones y sonrisas, todo fue inútil. Su último recurso fue decirle que la amaba, que en su vida
nada mas le llenaba que saberse en su corazón palpitando, compartiendo el día a día,
con saberse parte de ella todo parecía completo.

Ella sin pensarlo, le expresó que ya no le amaba, que no había evidencias en su alma de haber
mantenido un amor latiendo, lamentaba no corresponderle, pero se trataba de un malentendido,
una trampa de la suerte , debía aprender a vivir con esa verdad que desgarraba el presente.
No sé de qué forma o de qué manera, el estalló en sollozos de manera impredecible, se aferró de
su cintura abrazándola fuerte, le miraba llorando y le decía: ¡Reacciona por favor! Soy yo, el de
siempre, el que te lleva en el alma, el que no vive si tu le faltas…. Ella, sin decir palabras,
retiró sus manos y se perdió con la brisa triste de la tarde….

El dolor le causaba una locura temporal que le había enviado a un limbo de recuerdos,
era tanta la pena que las lágrimas fluían solas, de la misma forma que su sangre se hacia nueva
con cada latido de su corazón abatido…..No podía concebir haberla perdido…
Fué entonces que se percató que tenía cerrado los ojos, percibió de repente ese olor a ella, tan
cerca, tan fuerte, despertó y la miro ahí cerca, de espaldas, dejando ver su piel colonizada tantas
noches….Seguía ahí, amándole, jugarreta de los sueños el dolor que había sentido, se sentó al
borde de la cama y respiró profundamente, de pronto, una manos tiernas le apresaron por la
espalda y un beso breve termino de confirmarle que el amor seguía ahí sin planes de dejarle.

Un abrazo

jueves, 7 de octubre de 2010

Reflexionando a solas

No hay momento más auténtico con el “yo” interno que aquel que se tiene a solas en nuestra propia realidad, en ese espacio de cuatro paredes donde vivimos y donde relajamos a plenitud lo que somos, lo que sentimos, las cosas que el día dejó y las reflexiones que trajo consigo.
Ese momento es totalmente nuestro, no hay máscaras ni sonrisas fingidas, ahí
somos tal cual somos, ahí dejamos fluir nuestras angustias y esa particular actividad de hablar a solas, una especie de auto-cuestionario de algunas actitudes que no debimos tener o de aquellas que debimos tener, pero dejamos escapar en intentos fallidos.

La privacidad, ese momento de soledad donde meditamos lo que el día se llevó y planificamos como hacerle frente a lo que el día siguiente traerá, las cosas que dejamos en suspenso por olvidos involuntarios o falta de tiempo por la acelerada forma en que concebimos nuestra vida.
Desnudos en ese momento sin complejos, ni secretos, somos verdad clara y precisa, muchas mentiras descritas como verdades en el día, se desenmascaran y se sinceran en ese silencio que se abre ante nosotros, ya cuando la noche se hace profunda e implacable.

Vienen las eternos dilemas a visitar con el prólogo del sueño, una lluvia de preguntas que comienzan con: ¿Por qué?, ¿Cómo haré?, ¿Qué pasará?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Dios estas ahí? Nos acompañan mientras el cansancio llega y nos avisa que es hora de dormir y preparar
el cuerpo y el alma para el mañana, que aunque no amanece, es probable que luego de haber tenido esa plática breve con nosotros mismos, despertemos con alguna luz que nos permita solventar más de una interrogante que se quedo en la nube flotante de nuestro pensamiento.

Cada quien probablemente tendrá sus privados momentos, hay que disfrutarlos y aprovecharlos para traer al día un “Yo” más real y sincero, desnudo de afectos y miedos.

Mientras lo medito, Un Abrazo

miércoles, 6 de octubre de 2010

Nunca es tarde....Siempre hay tiempo


Algo adormitado y pensativo inicio este nuevo blog, intensos los días pasan y dejan vivencias que son propicias para compartir, las dejo en suspenso con un clip en la memoria para posteriores nacimientos escritos.
Ultimamente siento que he evolucionado mucho como ser humano, he tenido esos momentos donde reconozco mis errores y dejo de lamentar las consecuencias porque al final, soy yo el dueño de lo que la vida me pone adelante.
Como personas, nos cuesta tomar el control de nuestra vida muchas veces, quizás porque se pierde un poco el sabor de lo impredecible o talvez porque no queremos ordenarla y la comodidad de lo inesperado y la falta de normas que nos regulen, no hacen el horizonte próximo muy interesante.

Debo admitir que el concepto de poner en orden nuestra vida implica una diversa cantidad de aspectos, sobre todo, hacer un "overhaul" de nuestras actitudes negativas que nos han puesto tropiezos para llegar lastimados a este presente que hoy nos bendice, porque nos da siempre esa libertad y oportunidad de cambiar para ser mejores.
Muchas veces esos momentos casi siempre no son concebidos en la fortuna, casi siempre, tienen que darse situaciones que lastiman y dejan lecciones para alertarnos sobre que cosas hay que corregir para continuar con una mejor calidad de vida, para nosotros y para los seres que amamos.
Entonces me vinieron las relaciones de pareja a la memoria, ¿En qué momento surge la necesidad de modificar actitudes por corresponder a un buen amor, si es que se tiene la suerte de tenerlo?

Cuando esto sucede, debe ser un compromiso sincero y leal, no solo un impulso aventurado producto del dolor del momento, debe ser una promesa con el yo interno que busca cada día ser mejor, valer, significar, tener sentido en este mundo de eternas luchas.
En el amor los cambios suelen ser dramáticos porque por nuestra naturaleza humana es común desear que nos amen pero en la mayoría de los casos, no sabemos corresponder a esa bendición y caemos en infidelidades que se escudan siempre en aspectos que al final, eran una pantalla falsa de un deseo egoísta de satisfacernos como animales sexuados, vienen las culpas, los conflictos, las pérdidas y sin pensarlo siquiera, rompemos el corazón de alguien que olvidamos valorar.
En otras ocasiones no es necesariamente una infidelidad física, sino que sustituimos el tiempo que debemos regalar a la persona que amamos, por actividades que nos alejan de su amor, abriendo un abismo que termina creando rencores y rompimientos inevitables.

Se pagan caros los errores y nos dejan lecciones, tanto al que las provoca como al que las sufre, la vida deja de ser la misma y al final queremos enmendar en dos días un olvido y fallas de muchos años, somos tremendamente cómodos.
No queda más en estos casos que comprometernos con las personas que amamos, demostrar cada día el valor que representa para nosotros la dicha de saberla ahí, acompañando nuestras mañanas, siendo el cobijo de nuestras madrugadas, la alegría por lo que todo mejora aun si parece perdido.
Siempre hay tiempo para cambiar, para mejorar, el amor y el perdón van de la mano, debo reconocer que no siempre un amor dañado puede salvarse, hay heridas que suelen ser demasiado profundas y no admiten regresos, pero no se pierde nada con intentarlo, mostrando las cosas que hemos logrado modificar para ser mejores.
Algo importante es que esos cambios no deben estar condicionados a una respuesta satisfactoria, si vamos a cambiar y modificar nuestras actitudes, que sea porque tenemos la convicción que las mejoras son necesarias, aun si los resultados no sean los esperados.

Nada es eterno, siempre llega el momento de corregir lo negativo que nos impide crecer, hay que tener la valentía de reconocerlo a tiempo y avanzar sin pensar en la gente ajena a nuestra existencia, cada quien tendrá en su momento un encuentro con sus desaciertos.
Eres arquitecto de tu propia vida, tú mas que nadie debes saber donde hay una pieza que no encaja y modificarla para que la construcción de la casa de tu alma en esta vida, no se derrumbe demasiado pronto.
Ama y perdona......pero de corazón, eso es decisión tuya

Mientras vuelvo, un abrazo