sábado, 26 de junio de 2010

Y paso de pronto...


Perdido en un pensamiento que me trajo una imágen, deliro fantasías nuevas, me entretengo a crear sueños, estas tontas emociones que son mi particular muestra de expresar mis pensamientos.
Y es que nos volvemos de pronto cómplices de afinidades, de puntos de vista o de pasiones que se comparten cuando se viven, como fuegos inextinguibles que nos queman por dentro.
Somos eso, seres humanos sensibles en espera de esa compañía que nos libere de la prisiones que nos roban la alegría, que nos hacen los dias de un mismo color, que nos sumerge en rios profundos de nostalgia.
Y esta ella ahí, sonriendo, mirando fijo, como entendiendo el torbellino que resulta mirar sus ojos tiernos, esa transparente sonrisa que todo lo cambia, todo lo adorna.
Resucitó la musa que tenia dormida en espera de caricias, de algo que motivara mi sentir que estaba en abandonos de afecto, apareció y robé esa vivencia para hacerme una emoción que tiene rostro de mujer.
Las coincidencias, la magia, la química inesperada siempre nos enseña algo nuevo de nosotros, no terminamos de saber lo que alguien nos puede hacer sentir, hay tanta pasión que reacciona distinta en otro cuerpo, en esa similitud de sentimientos, de vivencias y opiniones.

Sigue lloviendo afuera de mi y en esa calle tan desprovista de tráfico que veo por este encierro de cristal, que impide que caiga al vacío de mis nostalgias.
Te pienso aquí, bebiéndote en inagotables cantidades de besos, de caricias provocadas, de sonrisas y festejos que serían nuevos si te tengo.
Y saliendo de este trance momentáneo celebrando el encanto de una mujer, real o imaginaria, vuelvo a ser yo, dormido en la quietud de esta mañana que aunque amaneció lloviendo, logró hacer nacer un sol que aun me sigue iluminando el alma.

Un abrazo