jueves, 1 de septiembre de 2011

La silla sola...Una historia

Imagen cortesìa de Kimberly Shiham http://www.facebook.com/kshiham

Me cautivò y me llevò a la ciudad de las nostalgias, la soledad de aquella silla hermosa en el patio de la casa donde antes, te sentabas a esperar, ilusionada, para reir y contarme, que extrañarme, era una tarea incòmoda y fatigada pero al verme, la tarde celebraba al encontrarnos.

Ya hoy el tiempo no es el mismo y tu nombre es un tierno regalo, que se quedò en un pasado que no vuelve, atesorado, volvì a encontrar esa silla, sin tì, quizàs nostàlgica, aburrida de no ser testigo de la platica de enamorados, o de mirar de reojo, cuando preso de ansiedad, te besaba bajo la sombra de aquel àrbol que se grabò nuestros nombres.

Estaba a punto de llover y el corazòn de pronto te imaginò otra vez ahì, enamorada, mirando el reloj y girando la mirada con rumbos variables, buscàndome.
Entonces, regrese al presente, tomè la silla y la llevè rumbo a casa, ya no estarìa sola.


Un abrazo





Tomando un respiro

Es inevitable que lleguen dias en que necesitamos aminorar el paso, sentarnos a descansar y respirar profundo, una especie de ritual necesario, cuando sentimos que nos abaten tantas cosas y todas juntas de pronto.
Vivimos la vida aceleradamente, a veces para olvidar y otras para mantenerla ocupada, pero el cuerpo manda señales a las que debes hacerle caso, para no caer atrapado, en un enigma que casi nunca se advierte y no se le encuentran lògicas respuestas.
Asi me pasò hoy, sentì que todo se disponìa para ponerme a prueba, mis impulsos, mis planes a futuro, mis decisiones, càlculos a destiempo.
Y de noche solo medito en el universo de pendientes, ordenando ideas y dejo en algunas letras la sensaciòn de pausa y espera.
Mientras me atrapa el sueño,

Un abrazo