lunes, 12 de marzo de 2012

Como brisa de tarde...


Era el silencio y de repente se rompiò, apareciste y llenaste con tu existencia un extraño destino apagado y frìo, en un suspiro se dijeron tantas cosas y el mundo ignorò, que en ese momento volvì a a reir.
Fue entonces un beso el trayecto mejor, tus manos el encuentro bendito y tu ternura la paz, el antìdoto eficaz para la rutina y la promesa fortuita que yo rompìa a diario.
Sùbitamente una pasiòn se presentò sola y entre palabras nuevas el deseo renaciò, se hizo constante y como un eco se fue repitiendo preso de tu geografìa.
Como la brisa, como lo impredescible, como lo inesperado, asì fue tu brillo amor, asì fue tu caricia, tu saludo, tu llegada y me tomò en sus brazos y me doblegò sin conocerte y aprendì a quererte cuando dijiste mi nombre.

Asi se despidiò la tarde, con tu voz acariciando el corazòn que entre latidos nuevos parecìa aplaudir la locura repentina de una visiòn apasionada...

Un abrazo...