sábado, 8 de noviembre de 2008

La mejor terapia: La Risa

Muchas veces las presiones de la vida nos aturden tanto, nos agobian, que de pronto nos vemos bajo el ataque de una lluvia interminable de sensaciones que nos roban la paz, nos cambian el semblante y pintan de gris el horizonte.

¿Acaso no hay dias en los que las cosas no se dieron como esperabas? Desde el inicio de ese dia habia una especie de confabulación que como un augurio negativo, sugestionaba tus sentidos y mientras transcurrian las horas se hacia mas evidente.
Son de esos dias que deseas que terminen pronto , que culmine el castigo de verte vapuleado por tanto suceso agrio.
Cuando eso pasa, ansío que llegue el momento de retornar a casa y sentarme cómodamente a disfrutar de algún buen programa cómico que me haga disipar casi milagrosamente, todos los acontecimientos desafortunados que me robaron de alguna forma la alegria o el optimismo con el que habia despertado.
Y en la primera ráfaga de risas siento el viaje de sanación, inicio una travesía hacia la relajación interna , recupero las ideas, resurge el entusiasmo y convierto en mi gurú sanador al humorista que con tanta gracia y virtud logra con sus inventos y expresiones jocosas, estimular mi apatía involuntaria y convertirla en una excitación divertida de terapeúticas proporciones.
Es que hacer reir es un talento, una virtud casi divina, crear esa euforia de carcajadas en los demás, aparte de gestar una camaradería con el cómico porque hasta llegas a referirte a él con una familiaridad, que es como si lo conocieras realmente mas alla de la magia televisiva.
Por dicha razón y cuando la providencia parece quererme dar lecciones duras y mi tranquilidad se ve puesta a prueba, entonces, busco mi mejor medicamento: reir y si es a carcajada tendida mucho mejor.

Al final de esa euforia de risas vuelvo a sentirme curado, reinvindicado, se reaniman las esperanzas y entre carcajadas esporádicas repentinas, mientras intento dormir, entro en el proceso de purificación y estoy listo para recibir al siguiente dia, total si no mejora, tendré la alternativa de buscar terapia sonriendo a lo que dan mis carcajadas.



Un abrazo