viernes, 15 de mayo de 2009

Cuando se lastima al amor


Es triste cuando se borra la alegría dentro de una relación de pareja porque se nos olvida mantener la armonía o a veces sin pensar, nos dejamos llevar por el enojo y dejamos fluir de nosotros balas de dolor que hacen blanco en los corazones de los seres que amamos.
Por irónico que parezca el amar intensamente algunas veces, mantiene a las personas como bombas a punto de hacer explosión cuando surgen los conflictos, porque no existe una forma de canalizar ese sentimiento y se percibe que no se es amado de la misma forma que el otro proclama hacerlo.

Es inexplicable y complicado como de pronto dos personas que se aman mucho y que atesoran vivencias y memorias plenas de amor, las manden por un tubo a raíz de una discusión que no debió haberse dejado escapar de las manos.
¿Como puedes herir a esa persona que quizás el día anterior tuviste en tus brazos viviendo un momento mágico, intenso lleno de pasión, haciendo beber en un mar de erotismo la intensidad de un amor verdadero que vive en ti?
Me preguntó yo si amar tanto, si temer que esa persona por la que esperaste tanto tiempo se aleje, a veces bloquea la razón y nos hace esclavos de nuestras palabras, sin meditar en el daño que provocan cuando son dichas de forma inconsciente, como una reacción de defensa ante el miedo de ser lastimado injustificadamente o por el hecho de ofrecer tu corazón y que no sea valorado.

Pienso que es inevitable no reaccionar con pasión e impulso a veces cuando nos vemos forzados a un alegato, para aclarar un malentendido que provocó el enojo, sé que en ese momento deberíamos llamar a la cordura y no volvernos irracionales y tratar de entablar un diálogo sin exaltarnos, sin embargo es casi imposible a veces hacerlo cuando nos invade esa sensación imposible de describir que nos roba la paz y borra la sonrisa de nuestro rostro.
Luego, cuando pasa el vendaval, un sentimiento de culpa y de pena nos visita, nos recriminamos haber dicho esto o aquello a la persona de nuestros afectos, y nos hacemos tantas preguntas de porque no evitamos reaccionar así.
Como consecuencia nos enteramos nuevamente de cuanto amamos a esa persona, de cuanto valor tiene en nuestras vidas y así como descendimos el abismo de la pelea, creamos un camino de regreso al amor fortaleciéndolo o quizás percibiendo que estamos amando más y que esa persona se vuelve incomparable e irrepetible.

Ojala se pudieran minimizar esos malos encuentros para evitar dejar heridas o enojos involuntarios en los seres que amamos.
Si la mayor parte del tiempo el lenguaje del amor es tan reconfortante, ¿Porqué arruinarlo con palabras mal dichas que deberían ser caricias? ¿Por qué sin querer a veces somos verdugos de los seres que amamos y que alto precio pagamos al lamentar haberlo hecho?

Seguiré pensando que como seres humanos estamos sujetos a los errores, solo espero que cuando nos visite de pronto una sensación de enojo, antes de soltar la ráfaga de reclamos , recordemos un poco porque esa persona es diferente a las otras o porque le amamos, quizás de esa forma la onda expansiva de las palabras que hagamos salir de nosotros no sea tan destructora.



Un abrazo