sábado, 1 de noviembre de 2008

Un premio a la Esperanza: Ingrid Betancourt

Hace ya algunos dias me causo mucha alegría, presenciar la entrega del premio "Principe de Asturias" a la política franco-colombiana Ingrid Betancourt por su lucha contra el terrorismo y la defensa de los derechos humanos y ser la voz de todos aquellos que han sido privados de su libertad de manera involuntaria.

Es de admirar, por lo menos hablo por mi, el valor y la determinación que ella, junto con todos los demás rescatados de las garras de las FARC(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), tuvieron miestras estuvieron casi mas de 6 años privados de libertad, privados del cariño de sus seres queridos y sucumbiendo ante una realidad tan cruel que fácilmente podria romper el espíritu de cualquiera en poco tiempo.

Escuchaba mientras agradecía el galardón, como se referia a todos aquellos que aun permanecian secuestrados viviendo ese mundo negro de pesadillas interminables, sus palabras eran sentidas, vivenciales, sinceras, hacia conciencia mas que vanagloriarse de su valentía y tesón ante la adversidad , hablaba de los otros , de sus compañeros, de aquellos que junto con ella compartieron el infierno de el secuestro y ratificó su lucha por brindarles la libertad a los que no corrieron con la suerte de poder pasar una Navidad con sus seres queridos.
Dentro de las palabra que mencionó cito algunas:
"Sobre todo, podemos no resignarnos. Porque resignarse es morir un poco, es no hacer uso de la posibilidad de escoger, es aceptar el silencio. La palabra, en cambio, precede a la acción, prepara el camino, abre las puertas. Hoy debemos más que nunca usar la voz para romper cadenas"
"Es claro que nuestro mundo debe cambiar y que cada uno de nosotros debe romper la maldición de su propia indiferencia".

Promovió una caminata el 28 de Noviembre, un salir a las calles a desfilar por todos esos seres humanos que siguen presos en la garras del secuestro, mostrando solidaridad no solo a ellos sino a todos y cada uno de los familiares que han perdido la alegria desde el dia que no volvieron a saber nada.

Admiro su valor, su entereza, su corazón sincero y su inquebrantable lucha por devolver a Colombia un halo de esperanza.

Yo como muchos esperaré ese 28 de Noviembre para comprobar como un pueblo puede expresar su amor, su respeto , su tiempo a todos sus hermanos que quizas no podran verles, pero serán tan ruidosos los pasos en esa marcha y la voces que se eleven, que es probable que mas de alguna llegue a oidos de ellos y como una brisa, les inyecte un poco de esperanza y escuchen una voz casi del cielo que diga :

!!Aguanta , pronto estarás con ellos!!!


Un abrazo